Encima de las tapias de los corrales se formaban las "barderas" que eran fajos de lena colocados sobre la pared. Así evitaban su deterioro por las inclemencias del tiempo y a su vez, servían de almacenamiento de la leña más menuda.
Utensilio metálico que lleno de paja se prendía fuego y sirviéndose de unas "manchas" -fuelle- se soplaba por el agujero. La parte opuesta se introducía en los "cados" -madrigueras o ratoneras- de los ratones de monte, así forzaban su salida y eran cazados o morían asfixiados.
Las "uvicas de pastor", se utilizaban machacadas para hacer tinta en la escuela.
"Los Arturos" interpretando a un fakir encima de cristales. Al final de la sesión, como lo hacían sus antepasados, rifaron entre los asistentes una botella de anís "Castellana".
Representación en la plaza de la fuente (Manuela Sancho) de "Los Arturos", últimos comediantes que recorrían los pueblos para divertimento de chicos y mayores. De padres a hijos conservaban el nombre de Arturo.
Las últimas escuelas de Plenas. Desde hace muchos años están fuera de uso.
Las tuberías se deben sumergir en el agua para que enfríe el vapor y se convierta en "esencia" de espliego.
La caldera instalada y en la parte inferior la boca u horno donde se "prende" fuego.
La "chaminera" que comunica con la boca de la caldera impregna de olor a espliego el lugar de la cocción. Aparte de aliagas, de utilizaba como combustible la mata seca del espliego de anteriores cocciones.
Atizando el fuego por la boca de la caldera.
Cargando la caldera.
La caldera está preparada para su carga.
Ajustando las tuberías de la caldera.
La rosca era una torta con dos huevos duros y un "troncho" de longaniza que ofrecían las mozas a los mozos que las habían enramado en Domingo de Pascua.
Puerta con gatera de la finca del Peloto.
La boca del antiguo horno de pan situado en la plaza de la iglesia.
Una vez destilado y sirviéndose por una "vasija" o envase florentino, con un "envasador" se intentaba aprovechar toda la esencia extraída en la cocción.
Una vez cerrada la caldera con su tapa y sellada con arcilla, se procedía a su cocción o destilación.
Había que "cargar" la caldera, para ello, se echaba en espliego en su interior y se pisaba para que estuviese bien compactado.
El espliego se pesaba con una romana sostenida por dos personas.