Excursión a Azuara y Fuendetodos
El día 20 de enero de 2008 vamos de excursión, con ANSAR, a Azuara y Fuendetodos.
La salida es a las 9,30 desde la puerta de Capitanía.
El día amanece con niebla. La ciudad tiene un aspecto misterioso, triste y sombrío. Las calles están vacías y silenciosas….
Vamos concentrándonos los viajeros en el punto de partida, llega el autobús y subimos a nuestros asientos. Somos 27 viajeros y el conductor.
En un principio estaba previsto ir por la carretera de Valmadrid pero el conductor prefiere hacerlo por la carretera de Belchite, por ser más adecuada a un autobús ya que en la otra carretera hay mucho ciclista los fines de semana.
A esas horas de la mañana pasamos delante del rastro que hay frente al pabellón Príncipe Felipe, donde los vendedores se afanan en preparar su puestecillos cual zoco oriental. En la calle hace 3 grados de temperatura.
Rafa coge el micrófono y nos habla de la niebla que hay, que es consecuencia de un anticiclón y son nieblas extensas, que no sabe bien si tendremos por Azuara nieblas…
Miguel Angel, el promotor del viaje nos comenta el recorrido que vamos a hacer, que tiene unas características más peculiares que otras excursiones pues tiene un alto componente cultural, con visitas a una exposición sobre el meteorito, el evento de Azuara. Comenta algo de la historia de Azuara y le da la palabra a Adolfo, cuyos padres son de Azuara y nos puntualiza asuntos sobre el meteorito: que hay un grupo de científicos que apoyan la teoría del impacto de un meteorito, del cual no queda nada salvo vestigios y hay una exposición donde se muestran, y hay otro grupo de científicos, fundamentalmente de la Universidad de Zaragoza, que opinan que se trata de una cuenca formada por otras circunstancias diferentes al impacto de un meteorito. Nos comenta Miguel Angel que su familia es del Villar, un pueblo cercano a Azuara y viene mucho por estas tierras. Nos explica el recorrido, donde podemos comer, que aquí murió una hija de Abderramán, etc…..
Miguel Ángel ayudado por Roberto nos reparte unas interesantes fotocopias con planos urbanos de Azuara y Fuendetodos y datos históricos y culturales de Azuara, realizados por Miguel Angel y Adolfo.
Al salir del valle del Ebro y tomar el desvío a Belchite, la niebla se espesa….
Rafa nos ameniza el viaje con comentarios, pero no debe estar inspirado, y nos dice que “no tengo más que decir, y ya lo siento, porque tengo ganas de hablar….”
Pasado el pueblo viejo de Belchite, la niebla desaparece y todo el día nos va a hacer un tiempo maravilloso, un precioso día para estar en el campo, y todavía mas pensando que en la ciudad está agarrada la niebla…..
Al llegar a Azuara bajamos cerca de las escuelas y nos dirigimos al cercano centro de Interpretación de la Malena, avisando a las guías Belén y María.
El centro está en un edificio nuevo. Tiene dos plantas. Se entra y hay un recibidor con vitrinas donde hay reproducciones de vasijas y mostrador. Están los baños allí cerca. Por una escalera(o por ascensor) se accede a un altillo donde hay una maqueta del conjunto de la Malena, unas fotos a tamaño natural de cuatro mosaicos cuadrados, y una reproducción de una escultura aparecida en la villa, de Atenea Onka (el original está en el museo de Zaragoza). En la parte baja hay una reproducción fotográfica del mosaico de las bodas de Cadmo y armonía, y unas gradas para ver en una pantalla un audiovisual que explica asuntos mitológicos relacionados con los personajes del mosaico y describe la villa romana, su posible función, los mosaicos que han aparecido, etc…
En general me parece muy pobrecico el contenido. No hay nada original, son todo reproducciones. Creo que deberían tener una sala con elementos aparecidos: restos de cerámicas, e incluso restos de la antigua Beligiom, …..
Las guías nos muestran las cosas con entusiasmo y nos acompañan andando hasta la villa de la Malena.
En el camino visitamos los paños de la muralla medieval que quedan en el Ferial. Adolfo nos comenta interesantes cosas de la localidad. Sorprende que permanezca la muralla. Muchos de sus tramos están embutidos en las casas que se han ido construyendo a lo largo de los años. La localidad estaba hasta no hace mucho rodeada de murallas y con cuatro puertas de entrada. El último arco de entrada se derribó en los año 70. De allí vamos caminando por las calles, pasando delante de la Harinera de San José, magnífico edificio y bella muestra de arqueología industrial, que sería interesante revalorizar y mostrar al público, lo que enriquecería notablemente la oferta cultural de la localidad.
Cruzamos el río Cámaras, que en el cartel pone río Aguas. El río lleva algo de agua, pero a la altura de la Ermita de San Nicolás está seco totalmente.
El camino es tranquilo y agradable. El paisaje es invernal, con poco colorido. Los cortados de conglomerados albergan en los huecos y cuevas existentes numerosa fauna, vemos algunos nidos, posiblemente de cuervo. Por allí vuela un milano real.
En el camino hay una balsa con aguas muy claras, donde nos dice la guía que quedan cangrejos autóctonos.
Al llegar a donde se hallan los restos de la Villa romana de la Malena, me llevo una grata sorpresa pues veo que se ha actuado hace poco tiempo. La guía nos dice que han estado desde el verano hasta noviembre excavando. Hace unos tres años visité el lugar y era penoso ver como estaba, con hierbajos, arbustos y algún árbol, y todo abandonado, tapado como si fuera un campo sin cultivar. Ahora se ve limpio, se han excavado algunas zonas, se aprecian estructuras de muros, calles, canales, estanque….
Los mosaicos están cubiertos con tela y tierra encima para protegerlos. Hay restos de termas y canalizaciones, provenientes de manantiales antiguos que posiblemente, con el paso de los años, el freático ha descendido y ya no surgen….
Hay algunas piedras caracoleñas con sus caracolillos que Juan Pablo nos explica que es la misma de las canteras de Fuendetodos, y que tal vez por aquí cerca haya afloramientos. De hecho las iglesias de Azuara, Moyuela y Plenas tienen numerosos sillares de este tipo de piedra.
La villa romana de la Malena se descubrió en 1986. El dueño estaba labrando y aparecieron mosaicos y se investigó. Desde hacía tiempo aparecían en la zona restos y todos los vecinos lo sabían, pero nada concreto hasta ese año.
Era una villa con un patio central donde había un estanque y alrededor un corredor y las estancias, todo ello pavimentado con mosaicos. Data del siglo I d. C. hasta el siglo V d.C. Hay restos de sistemas de calefacción.
Los mosaicos aparecidos se pueden clasificar en tres tipologías: mosaicos con motivos geométricos; mosaicos con motivos vegetales y mosaicos con motivos figurados.
En los alrededores hay numerosas conchas de caracol. Juan Pablo me habla de la gran variedad de caracoles que hay: el que le enseño me dice que no es el “helix aspersa”, sino que se trata del “otala punctata” que se diferencia por ser más plano. Me habla que también son comestibles los caracoles de monte como el “iberus gualterianus” y la ”baqueta”
Esta excavación no puede seguir así. Recuerdo haber visto a principios de los años 90 un proyecto para cubrir el yacimiento expuesto en el Archivo Histórico de la Plaza Santa Marta. Ese proyecto duerme el sueño eterno. No se si se debería retomar de nuevo, pues supongo que el problema es económico. Tal vez se pudiera hacer una intervención más barata pero que permitiera que eso se conservara y apreciara in situ, pues no tiene sentido que esté así. Habría que hacer algo ahí, con cuidado, con sensibilidad y respeto, y pronto.
Regresamos caminando y comentando aspectos de la excursión por grupos. La guía nos dice que el celtis australis aquí lo llaman “allondero” y sus frutos “allondas”. Al llegar a la carretera hemos continuado hacia el barrio del Cabuchico por una senda y hemos rodeado un edificio que era un antiguo molino, lleno de maleza que asemejaba una selva. Hemos pasado por el cubo del molino, donde cae el agua de la balsa, y de allí ya hemos salido a un camino cerca de la ermita de San Nicolás. Nos hemos acercado a ver la balsa, que tiene encanto y es grandota. Esta balsa recibe el agua de un manantial y no se seca nunca. Es un agua especial que la gente de la localidad utiliza para maatar las olivas…..
Las guias llevan la llave de la Ermita de San Nicolás. Todas veces que he venido, siempre la he encontrado cerrada, por lo que me alegra mucho apreciar su interior. La ermita es románica del siglo XIII. El ábside está decorado por pinturas góticas polícromas de gran encanto y calidad. Este conjunto tiene mucho interés y también se le podría sacar más partido.
A la salida nos hemos hecho unas fotos de grupo y hemos descendido al rio, que está sin agua, y donde hay un hermosos grupo de chopos cabeceros de gran encanto. Por allí hemos llegado hasta el ayuntamiento, donde nos han enseñado la exposición permanente del meteorito o evento de Azuara. Hay unas vitrinas con rocas y evidencias, y unos paneles explicativos de todo el proceso. Adolfo explica cosas del meteorito, de las brechas, etc…
Una vez vista la exposición, salimos a la calle y es hora de comer. Nos despedimos de las guias y los viajeros se van algunos a comer al Restaurante La Villa y otros a comer de bocadillo en el parque cercano.
En los bancos del parque se está agradablemente comiendo, sentados al sol del invierno, con gran tranquilidad….., en pequeños grupos.
Otros han ido al restaurante donde han comido paella y revueltos de setas, y se han quedado llenos. El menú ha salido por 17 euros.
Después de la comida algunos han ido a pasear, otros pensaban ir a las cuevas que hay en los cortados, como la cueva del Tabaco, etc… Otros hemos subido hasta la Ermita de San José, en lo alto del pueblo. Se trata de una curiosa construcción, de diferentes estilos y épocas. Hay una pequeña torre antigua mudéjar. Posteriormente se pretendió hacer una iglesia mayor pero solo se acabó el ábside, que aparece como un gran pegote resaltando sobre la nave central de la ermita. Desde allí hay unas magníficas vistas del valle del Cámaras y del pueblo, con sus cortados al otro lado.
Sobre las cuatro y media nos reunimos junto al autobús y vamos a Fuendetodos.
En el trayecto coge el micro Rafa y nos informa de las numerosas encinas rastreras que hay. Al pasar junto a una charca, en el cruce de carreteras, Miguel Angel nos dice que allí hay sapillos moteados, pero que ahora estarán durmiendo.
Llegamos a Fuendetodos y dejamos el autobús junto a la fuente y tomamos el Sendero Educativo, que por un caminito nos sube a la fuente vieja, que está junto a la carretera. Esta fuente, según nos cuenta Rafa, estaba cubierta por tierra y malezas y no hace muchos años, se limpió. Desde allí continuamos hasta una nevera, junto a un horno de cal. De esa nevera solo queda la parte que está en tierra. De allí nos dirigimos a la nevera de la Culroya, la más grande de todas, donde han puesto una escalera y descendemos hasta el fondo. La construcción tiene encanto, las mismas formas circulares le dan otro sentido, y la cupulilla de piedra, tan tosca y primitiva pero tan bella… Es una magnífica nevera. En la localidad hubo 21 neveras, que son construcciones para guardar la nieve y de allí poderla trasladar en carros a Zaragoza, donde antiguamente se utilizaba para diversos usos: conservas, fabricación de bebidas frescas y helados, etc…..
Era un próspero negocio que con la invención de los frigoríficos y el hielo industrial cayó en desuso. De la Nevera Culroya pasamos junto a los restos de una cantera de piedra caracoleña muy usada en construcción en la zona y en Zaragoza. Quedan restos de los cortes en las rocas, de marcas para sacar los bloques, etc….. El siguiente punto d eparada es la Calera del Tío Faustino, una construcción circular, con cuidado exterior.
En el sendero visitamos otras neveras que se conservan en partes . Encontramos un ave muerta que Miguel Angel la recoge y observa, cree que es una cogujada moñuda.
En los cables hay numerosos estorninos que de vez en cuando emprenden el vuelo formando grandes bandadas….
El paisaje es hermoso, pero lástima que esté salpicado de numerosos molinos de viento, que empobrecen la calidad paisajística. Hay excesivos molinos, puede que den mucho dinero pero afean mucho el paisaje….
El sendero pasa junto al Castillo de Fuendetodos, del que apenas queda un leve torreón, con ventanas de aspillera que sirven para identificarlo y diferenciarlo de un corral cualquiera. Junto a los restos del castillo hay unas zanjas y zonas excavadas recientemente, para buscar restos arqueológicos.
Un poco más allá paramos para contemplar el paisaje. El pueblo se extiende a nuestros pies, de algunas casas sale humo por la chimenea, hay mucha calma en este precioso atardecer…..No se aprecian construcciones ni adosados que chirrien mucho, parece todo armonioso…..Todo sería muy romántico y encantador si no fuera por la inquietante presencia de los feos molinos…..
Desde allí descendemos al pueblo. Pasamos junto a las ruinas de una vieja iglesia, con los muros forrados de hiedra…
El pueblo está tranquilo, arreglado, con casas cuidadas. En una placita, unas niñas han montado un minirrastro para sacarle unas pesetillas a los turistas.
En la Plaza de Goya, junto a la casa natal hay varios turistas. Debatimos si entrar a ver la casa de Goya o ir a tomar unas cervezas y la mayoría prefiere las cervezas para acabar la excursión.
Vamos hacia el autobús. En una casa del pueblo vemos unas salamanquesas de cerámica y le preguntamos a Miguel Angel de que especie son. Nos dice que no son de la mauritanica, sino de otra….
Vamos al bar que hay junto a la fuente donde está aparcado el autobús, tomamos un refresco, hacemos pis y ya montamos camino de Zaragoza.
Ya ha anochecido. En las cercanías de Jaulín, poco antes de llegar, nos metemos otra vez en la niebla, que ya no dejaremos. La ciudad ha estado todo el día con una espesa niebla.La excursión ha sido muy agradable e instructiva
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